A pesar de sus ansias de ir a la ciudad de Nueva York, John decide estudiar junto a su amigo en Canadá, por lo cual viajan juntos para sus nuevas universidades. Una vez allí los jóvenes alquilan un apartamento junto, que les queda cerca a ambas universidades. John se especializa en criminalística y Charlie en negocios internacionales.
Estudian con grandes maestros y obtienen el mejor conocimiento para desempeñar sus respectivas labores, las notas tanto prácticas como teóricas son las mejores; en este momento los dos jóvenes se dan cuenta que realmente están en el camino correcto, John se siente un verdadero detective y Charlie un verdadero empresario. Aquellos meses parecían perfectos, buen desempeño académico, tenían el suficiente tiempo para practicar Hockey juntos, hicieron nuevos amigos, relaciones sentimentales con mujeres canadienses, etc. Pero en medio de toda esa felicidad, una trágica llamada llamo al teléfono de Charlie. El señor Walker falleció repentinamente en un accidente de tránsito. Inmediatamente los jóvenes viajan a su ciudad natal, gracias al cielo estaban juntos, ya que aquel viaje en avión se hizo eterno y de no tener la compañía de su mejor amigo, los chicos no hubieran resistido de buena manera el dolor.
En esos momentos de luto fue cuando realmente se apreció el valor de la amistad, cuando Charlie entendió que la decisión correcta fue ir a la universidad con John y no quedarse en su ciudad; John entendió que ir a estudiar con su amigo a Canadá fue perfecto, se hubiera arrepentido de ir a Nueva York. Su amistad se fortaleció más que nunca.